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Academia de Educación Acuática en Irapuato, Gto. | ACUATICS

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La primera clase de natación del bebé: La bañera

  • 19/06/2019 08:28:00 a. m.
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La primera educadora acuática en la vida de un bebé es su mamá, o su papá. El bebé recibe sus primeras lecciones acuáticas en la bañera de su casa. Y esas sesiones son las más importantes. 


Si durante ese tiempo mamá o papá lo hacen relajado, divertido, y sin miedo, el bebé va a tener una experiencia buena y va a relacionar el agua con relajamiento, placer y amor. 


Sin embargo, si esas primeras experiencias acuáticas están llenas de angustia y temor, el bebé lo sentirá y relacionará al agua con eso.


Lo mejor que puedes hacer si tienes un nuevo bebé y quieres darle una experiencia positiva del agua es hacer del baño un momento placentero para todos. 


¡Prepáralo! Llena la bañera con agua a una temperatura que si metes tu codo, sea muy agradable para ti (no necesitas un termómetro).


Llena la tina con agua hasta una altura que si acuestas al bebé en la bañera, el agua no le cubra la cara. Ahora existen bañeras con una esponja abajo o con una base reclinada, donde colocamos al bebé y nos es más fácil manipularlo.


El lugar donde pones la bañera debe quedarte a una altura cómoda para poder estar unos 10 minutos en esa posición sin que te duela la cintura.  


Trata de que la bañera te quede a la altura de tu cintura. Es muy importante que tú estés cómoda, tu tranquilidad, confort y comodidad influye mucho en este feliz momento. Si estás incómoda o preocupada, esa sensación la va a percibir tu bebé.


Prepara el jabón líquido que vas a usar y la esponja. Con un solo jabón liquido puedes lavar a tu bebé, tanto su cuerpo como su pelo. 


Prepara la ropita que le vas a poner para que esté lo más cerca que se pueda del lugar donde está la bañera. Y ahora sí, a disfrutar del baño.


Mientras lo bañas, míralo siempre a los ojos. Es más importante el contacto de madre-padre-hijo que la limpieza de su cuerpo. El bebé está casi limpio, lo bañas diario, pero el contacto piel a piel, y el contacto visual es lo que alimenta esa confianza, esa relación. Lo que hace que el bebé se sienta confiado y feliz en el agua. 


Estos primeros momentos acuáticos son los que van a marcar que a tu bebé le guste o no el agua. De ti depende. Y además, tú también lo puedes disfrutar mucho. 


Ahora sí, adelante, a bañar a tu bebé y a disfrutar ambos.



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