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Errores más comunes de los padres en lugares que tienen alberca

  • 08/01/2020 04:05:00 p. m.
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Los padres de familia, aunque seamos responsables con nuestros hijos, solemos cometer algunos errores cuando estamos frente a un lugar con alberca.


Estos son algunos que hemos observado y que han dado por resultado accidentes, algunos de ellos con resultados fatales.


1) Dejar solo al niño o niña cerca de una alberca. A los niños les llama la atención cualquier recipiente con agua, y una alberca mucho más. Se acercan, ven su reflejo, les da curiosidad, la tocan, le arrojan cosas y luego las quieren sacar. La curiosidad natural de un niño no se puede truncar, pero sí podemos estar muy cerca de ellos, por si se caen. Tampoco es bueno meterles miedo al agua, porque luego cuando queramos que aprendan a nadar vamos a caer en una contradicción. Meter miedo a un niño nunca es una solución. Mejor cuidarlo y luego procurar que aprenda a nadar.


2) Dejar a un niño dentro de una alberca con una dona o llantita. Eso representa un grave peligro potencial. El niño dentro de la dona puede salirse, puede voltearse o quedar su cara hacia abajo y sus pies hacia arriba, y luego ya no puede recuperar su posición original. Si la alberca está llena de niños, todavía es peor, porque luego no sabes cuál es el tuyo, y si se sale de la dona, no lo localizas abajo. Mejor que no se meta, a que se meta con la dona. Y mucho mejor, métete tú con él o ella. Y cuídalo tú adentro del agua.


3) Dejar que jueguen con juguetes inflables grandes. Hemos visto a varios niños jugando divertidísimos con uno de esos inflables grandes en forma de cocodrilo o tiburón, se cae uno de ellos, se queda abajo del inflable, nadie lo ve, ¡y el niño estaba ahogándose! Porque su cabeza queda debajo del juguete. Solo si un adulto responsable está jugando y continuamente repasando los niños que estaban sobre el inflable, podría ser una solución para usarlos.


4) No enseñar a nadar a tus hijos, porque como tú no sabes nadar, pues no crees que sea necesario. Un ser humano en este siglo, seguramente va a tener más de una oportunidad de acceder a una alberca, en fiestas infantiles, casas de sus amigos, hoteles de vacaciones, etc. Y más grande todavía más. Nosotros sabemos de un adolescente que fue invitado a la presa por sus amigos, no sabía nadar, pero no les dijo a sus padres a dónde iba. Se subieron todos a una lancha, se pusieron a jugar, en un momento todos se cayeron al agua, todos muy divertidos salieron a la superficie y se subieron a la lancha, menos uno. El que no sabia nadar. Y sus amigos tampoco sabían que no sabía nadar. Y no les dijo porque le daba vergüenza. Esto se puede evitar, enseñando a nadar a nuestros hijos independientemente si nosotros sabemos o no.


Así que ya lo sabes, existen muchos errores que tú como padre o madre de familia puedes cometer. Evítalos y asegúrate de que tus hijos aprendan a nadar desde una temprana edad.



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