Somos seres terrestres, estamos diseñados para respirar aire, en un medio rodeado de aire. No estamos hechos para respirar aire mientras estamos dentro del agua. Por lo que, cuando aprendemos a nadar, debemos aprender a respirar de una forma diferente.
Un niño entre 4 y 15 años tiene toda la capacidad física y psicológica para aprender a nadar en un curso intensivo de cinco semanas, siempre y cuando éste esté impartido por profesionales de la educación acuática.